Por Roberto Shlesinger.
Hace casi 60 años, el escritor de ciencia ficción, Arthur C. Clark predijo que la tecnología de la comunicación permitiría trabajar igualmente desde Bali que desde Londres. Hoy en día se calcula que existen 40 millones de nómadas digitales y trabajadores remotos en el mundo. Solo en Estados Unidos ha habido un incremento del 131% en el numero de nómadas digitales desde la era pre pandémica y se estima que la tendencia irá creciendo en todo el planeta.
¿Qué impacto han tenido los nómadas digitales y trabajadores remotos en el mundo y que están haciendo los paÍses ante esta nueva ola demográfica?
Según un estudio de Nomadlist del año 2023, el nómada digital o trabajador remoto percibe una media anual de US$ 85,000 y en su gran mayoría son profesionales con carreras en tecnología, mercadeo y diseño que provienen de los llamados países del primer mundo (Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania , Canadá u otros) y se trasladan a zonas donde pueden vivir bien con un mucho menor costo que en su país natal, como es el caso del Sureste Asiático, Latinoamérica y algunas regiones en Europa.
El impacto negativo de este movimiento demográfico es el costo de vida del lugar-destino, que se ve incrementado ante la oferta de personas con mayor poder adquisitivo, en detrimento del local que percibe un menor salario, hasta en varios casos ocasionar la llamada gentrificación de algunas zonas en las ciudades o pueblos.
Sin embargo, también existe un impacto positivo: la exposición de la población local en los países destino invita a aprender habilidades de trabajo remoto desconocidas anteriormente a la llegada de estos nuevos “colonos” digitales; también cuando el trabajador remoto se traslada a otras zonas se lleva consigo potenciales ideas de emprendimiento que pudieran desarrollarse en el lugar e inclusive contratar mano de obra local. La creación de nuevos proyectos son muchas veces resultados de los nómadas digitales en las regiones que visitan. Otro punto a favor es que el trabajador remoto gasta más dinero que el turista común por la estancia extendida, que puede ser de varios meses agregando que el intercambio cultural entre ambas comunidades es mucho más profunda de la que se experimenta con turistas.
El profesor P. Choudhury del Harvard Business School va más allá y señala que la mejor manera de sostener los beneficios del nomadismo digital es estableciendo colaboraciones entre los visitantes nómadas y las comunidades que los reciben en lo referente a crear ecosistemas de innovación – como el programa de StartUp Chile con excelentes resultados en proyectos tecnológicos- y pregunta, al respecto: “¿Por qué tener un único Silicon Valley si podemos tener un futuro de startup por todo el mundo?”
A medida que el nomadismo digital va creciendo, los gobiernos de países y ciudades están compitiendo para acaparar los beneficios económicos, de aprendizaje y de colecciones que ellos traen. Hoy día más de 60 países han introducido una visa para nómadas digitales. Esto permite para el migrante trabajar de manera tranquila en el país que lo acoge sin necesidad de preocuparse del vencimiento de una visa mas limitada como es la de turista. Además, los países podrán elaborar una data sobre el perfil de los nómadas digitales que percibe y poder ofrecerle beneficios acorde a esta información. En este sentido, muchos espacios rurales abandonados o con bajo desarrollo económico pueden potenciarse atrayéndolos a sus regiones.
N. del A.: En días pasados se realizó en Buenos Aires, Argentina, la conferencia Nomads BA donde, a sala llena del Centro Cultural San Martín, se discutieron temas y políticas que se están emprendiendo para el desarrollo del nomadismo digital en Argentina.
Para ampliar mas sobre este tema escucha el ultimo capitulo del podcast La Gran Renuncia con nuestro entrevistado Nicolás Tato Germen co – organizador de este evento en su tercera edición.