Ya sea trabajando desde la casa, desde un café, un coworking en una zona rural, mientras viajas o una combinación de ellas , el trabajo de manera remota ha revolucionado sin duda varias áreas de nuestra vida y de la sociedad.
Gracias a la posibilidad del trabajo remoto se pudo cambiar nuestra percepción de la vida, del equilibrio que busca el ser humano entre el ámbito laboral y lo personal/familiar. La flexibilidad que ha resultado del trabajo remoto es hoy, innegociable; estudios indican que ante mejores ofertas económicas, la preferencia sigue siendo poder disfrutar de la flexibilidad que el trabajo remoto ofrece, además de la mejora en la calidad de la relación familiar tanto con padres, parejas e hijos (y nietos ¿por qué no?)
Se entiende que no hay una solución para todas las dinámicas. Teniendo un bebé quizás no se pueda trabajar desde casa, pero seguro existen coworkings en el vecindario para tener ese espacio tranquilo que tanto se necesita. Además, ¿Quién dice que no hay padres felices de poder estar en casa y poder trabajar y ocuparse de un recién nacido de una manera que permita ambos mundos, el laboral y la crianza? Los coworkings han resultado ser una fuente enriquecedora de contactos y relaciones con nuevas mentes y en particular con aquellas que deseamos relacionarlos en lo personal y mejor aún en lo profesional.
El trabajo remoto ha roto con las hipocresías tradicionales de las empresas donde se pedía que el empleado confiara en la institución sin que esta confiara en el empleado. Ahora se ha igualado la relación alcanzando la confianza mutua. El empleado confía en la empresa, y el gerente confía en el empleado que ejecutará su trabajo aunque no lo vea presencialmente en la oficina. Las empresas con equipos remotos o distribuidos no solo han logrado ahorrar muchísimo dinero en alquiler o adquisiciones de oficinas. Además, mediante el trabajo remoto, les ha permitido llegar a personas con altísimo talento a miles de kilómetros de distancia y poder trabajar juntos desarrollando la magia de la relación asincrónica.
Los trabajadores remotos viajeros y los llamados nómadas digitales han podido conocer diferentes países y enriquecerse culturalmente mientras generan riqueza trabajando a distancia.
Personas que se les hacia difícil trabajar presencialmente por estar en zonas rurales y distantes, o por problemas físicos, o prejuicios y normas culturales han aprovechado esta nueva modalidad del trabajo remoto para incorporarse en el sector laboral y sentirse productivos y beneficiosos a la sociedad.
Nuevas modalidades de habitación se han desarrollado gracias al trabajo remoto, que apuntan a un cambio de relacionarse con el otro, con el vecino, como son los co-livings y los co-housings donde las personas pueden cambiar el tradicional alquiler o compra de apartamento y explorar nuevas formas de convivencia, donde se vuelva a valorar la comunidad, no solo en las ciudades sino también en áreas rurales; muchos experimentando por primera vez lo que significa la ruralidad realmente con sus beneficios en todos los aspectos, pero en particular para las nuevas generaciones y, además, permite reducir considerablemente la tan problemática huella de carbono.
En fin, el trabajo remoto ha revolucionado muchas áreas y el tan ansiado (y hasta desesperado) llamado de algunos empresarios al retorno a las oficinas pareciera que no avanza, al contrario mas personas se suman a esta revolución que en principio lo abarca todo.
Un resumen de todo esto se puede escuchar en el capítulo # 53 del podcast La Gran Renuncia donde se exponen las opiniones de los referentes de esta nueva modalidad laboral durante todo el 2023.
Por Roberto Shlesinger